Windows 11 y las cuentas de la lechera de Linux

Microsoft acaba de presentar el que será el sustituto de Windows 10, que en un alarde de creatividad se llamará Windows 11.

Los chicos de Redmond han dado un conjunto de especificaciones técnicas mínimas para poder actualizar, que dejaran fuera a muchísimos equipos actuales y eso ha desatado la euforia en muchos Linuxeros que esperan hordas de usuario migrando a Ubuntu, Mint, MX, Debian… 

¡Valiente estupidez!

Para empezar, primero hay que ver que trae el nuevo Windows 11 para hacer que la gente cambie en masa de sistema operativo y cuales son los impedimentos para instalarlo en un pc.

A fecha de hoy, aun queda un considerable 18% de usuarios que han resistido contra viento y marea con su Windows 7 y un muy meritorio 0.5% anclados en XP. A pesar de que Microsoft prácticamente haya regalado sus W10, casi un 20% del mercado no ha migrado, así que no creo ver a gente lanzándose desde los rascacielos abrazada a sus equipos por no poder actualizarlos.

¿Y que trae Windows 11 tan atractivo para el gran público? Pues básicamente, un supuesto gran aumento de la seguridad, gracias entre otras cosas a la incorporación de la obligatoriedad de PTM 2.0, que es precisamente la causa de que muchos equipos no sean compatibles. Pero, seamos sinceros. Al gran publico la seguridad le importa bien poco, y la inmensa cantidad de cracks, parches y hacks y pirateos varios que pululan en cualquier pc al que te acercas es una buena prueba.

En mi trabajo, se usa Windows, así que aprovechando la iso de Windows 11 filtrada días antes de la presentación oficial, he preparado un equipo y he sustituido el mío durante un día completo de trabajo. El resultado ha sido que he hecho exactamente lo mismo, con los mismos resultados, pero con un fondo de pantalla mas bonito y los botones de la barra de tareas centrados. ¿Novedades? ¿Mejoras? Nada apreciable. Otro motivo más para no abandonar mi equipo actual al menos hasta que en 2025 Windows 10 muera.

Pero, por supuesto, Microsoft tiene sus fanboys y querrán actualizar cuanto antes. Bueno, pues si tu equipo tiene menos de tres años y no lo compraste de saldo en Aliexpress, la actualización no debería dar problemas.

Pero vamos al peor de los casos. Usuario con un equipo que cubre de sobra sus necesidades, pero que a pesar de que su único objetivo en la vida es actualizar a Windwos 11 no puede porque solo tiene TPM 1.2 o un procesador de 6ª generación… Estos son los usuarios que entre lloros y maldiciones esperan que se pasen masivamente a Linux.

Sin embargo, yo he instalado Windows 11 en un i5 de 5ª generación sin TPM, y de forma tan trivial que es mucho más sencillo que dar al botón de actualizar. ¿Cuál es el truco? Coges el pendrive de instalación de Windows 10 que creas con la aplicación oficial de Microsoft y cambias el fichero install.wim por el que sacas de la iso de Windows 11. Ya puedes instalar.

Resumiendo. Hasta ahora tenemos Windows 10 para rato, equipos modernos compatibles, mucha gente que se aferra a sus viejos sistemas operativos, fanboys que no dudarán en comprar la última porquería que les vendan en MediaMal con W11 y por si fuera poco, un sistema de lo más sencillo para saltarse las restricciones de instalación en equipos no tan modernos.

¿Y eso va a provocar una oleada de usuarios desesperados por reaprovechar sus viejas máquinas? Tengo muy claro que si voy a mis jefes diciendo que tienen que comprar 50 equipos para que funcione W11, en lugar de seguir usando los actuales, con todo su soporte hasta como mínimo 2025, voy al paro más rápido que Usain Bolt, y si voy a mis compañeros de trabajo a decirles que les cambio sus Windows por Linux, me queman en la plaza del pueblo.

Pero es que, además, Linux no les va a ofrecer nada que no les ofreciera ese Windows 10 que no pueden actualizar.

Para empezar, Linux es feo. Muy feo y hay que trabajárselo mucho para que su aspecto no sea tan espeluznante. Como muestra un botón. ¿Me vas a decir que Debian 10 con Mate no es horrible?

 

¡Vale, pues probemos con KDE en Debian 11! ¡Es que no hay dos iconos que parezca que tienen el mismo estilo!

Y este es Windows 11, todavía en versión beta.

Pero vamos a olvidarnos un poco de la estética, que los usuarios para los que sea vital este tema, de cambiar, cambiaran a un Mac si la cartera se lo permite. ¿Y los programas? ¿Queréis que os cuente cuanto se reirían los que llevan toda la vida maquetando con Acrobat si les digo que se pasen a Okular, Inkscape o similar?

Y es que en Linux no están los “grandes programas”. Me podéis contar todo lo que queráis de las maravillas del software libre, pero no me vais a convencer de que hay programas del nivel de Acrobat, Photoshop, Revit, Autocad… 

¡Vale, vale! Adobe es una castaña, Gimp hace casi todo lo que un no profesional necesita de Photoshop y Autocad no lo usa casi la gente normal…

Prueba rápida. Cojo un fichero de mi compañero Ivan, un autentico friki de Excel, se lo meto a LibreOffice y si el software tuviera cara, se le pondría igual que a mi intentando leer klingon. No es ya que LibreOffice sea más feo que pegarle a un padre con un calcetín sudado, no es que le falten opciones de trabajo en equipo, es que las macros de Excel se le atragantan, y los estilos de Word y… Entendedme bien. LibreOffice es un gran programa, pero MS Office es mejor. Mucho mejor.

Y me vais a perdonar, pero aun sigo buscando un gestor de correo que sea mínimamente sencillo de configurar y que le llegue a la suela de los zapatos a Outlook. 

Y la última pata para el de la mesa, son los juegos. Microsoft se metió a este mundo con su Xbox, que introdujo con calzador en Windows 10 y dicen los que saben que Xbox Game Pass va bastante bien.  Si hablas de juegos, hablas de Xbox y Ps5. Steam ha hecho un trabajo enorme trayendo juegos a Linux, pero ¿creéis que tiene el nivel de los grandes juegos de pc o de consola?

Vamos a dejarnos de hacer pajas mentales. Cuando salga Windows 11, muchos se cambiarán solo por estar a la última, pero a los que no puedan, no les podemos ofrecer el entorno familiar al que están acostumbrados, ni un nivel estético al que están acostumbrados, ni el software al que están acostumbrados, ni los juegos a los que están acostumbrados. Pero podrán seguir teniendo todo eso a lo que están acostumbrados al menos hasta 2025 haciendo… nada.

¿Sigues creyendo que va a ser el año de Linux en el escritorio?