La primera vez que me enfrenté a un Linux, fue en mis lejanos tiempos de universitario, en la sala de informática. Aquello estaba plagado de terminales tontos, servidos por un flamante i386 con medio giga de RAM.
Como mi hija me llama “el batallitero” hoy he decidido ilustrar mis batallitas disfrazando mi pc como alguno de aquellos terminales. Un par de pasadas por la terminal y...