Siempre tenemos en la cabeza que Debian es una distribución solida como una roca, tanto que es casi indestructible. Pero no debemos olvidar que la versión testing recibe ese nombre por un motivo, y que este blog se llama “Un Bruto con Debian” por algún motivo.
Y tal como dice el título de este artículo, mi Trixie se ha autodestruido y no arranca el entorno gráfico. Pero si a ti también te ha sucedido, te cuento como arreglarlo fácil y rápido.
Pongámonos en contexto. Vamos, que te voy a contar mi triste historia. Resulta que preparé un viejo equipo para “laboratorio” y en una de mis pruebas, al arrancar, llegaba a pedir la contraseña, pero no hacia absolutamente nada al ponerla. Bueno, precisamente para eso es un equipo de pruebas, así que no me preocupé mucho hasta que un par de días después, probando un emulador en mi máquina “oficial” la barra de herramientas de Cinnamon se quedó vacía. Pensé que algo pasaba con la gráfica y sus controladores y reinicié... Y al poner la contraseña, no ocurría nada de nada.
Tras un ratito en pánico, decidí probar a ver si podía acceder por SSH, acceder a mi Jellyfin... y todo eso funcionaba. Recordé haber leído hace poco que había habido muchísimos paquetes retenidos en SID por no sé qué problema, y que esos ya estaban en Trixie y recomendaban no actualizar de momento. Pensé que tal vez el problema es que se había roto alguna dependencia de Cinnamon y decidí probar con Mate, pero al ir a seleccionar el escritorio de inicio en la pantalla de contraseña, descubrí que no había ninguno disponible.
Y ahora viene por fin cuando te cuento como salir del atolladero.
Pulsa sin soltar las teclas CTRL + ALT + F3 para abrir la terminal. Lógate en ella como root.
Ahora ejecuta el instalador de escritorios.
- tasksel
Veras una lista de los escritorios por defecto y ¡oh sorpresa! Ninguno aparece como instalado. Ve bajando con el cursor hasta el escritorio que quieras tener disponible y pulsa la barra espaciadora para que se marque. Si quieres puedes tener más de uno. Luego pulsa TAB hasta que se seleccione la opción de aceptar y deja que se haga la magia.
Y cuando ahora reinicies, ya estará disponible tu escritorio preferido y podrás entrar gráficamente en tu fiel Debian.
¡Ya estoy viejo para estos sustos!
Ja, Ja, Ja... está bien, es sanísimo ser algo intrépido, y pelearte de vez en cuando con el sistema. Pero, con la edad, me he dado cuenta de lo calentito y cómodo que se está en 'stable' (y, si acaso, con los backports activados)... y me he vuelto más 'acomodaticio'...
ResponderEliminarSaludos cordiales.