miércoles, 27 de febrero de 2019

Como pasarte a Linux pasito a pasito. Primer contacto. Crea tu LiveUSB.

Has leído el artículo anterior y ya has tomado la decisión de darle una oportunidad a Linux. ¡Bien por ti! Y no solo eso, sino que basándote en el artículo anterior y algunas consultas que has hecho por la red has echado el ojo a un par de distribuciones que te pueden valer. ¡Genial! Pero ahora te entran los terrores de la muerte. Una cosa es plantearte un cambio y otra cosa empezarlo. Pero tranquilo, relaja esos nervios. No te tienes que despedir de tu amado Windows, solo aparcarlo un ratito.

Vamos a preparar un pendrive desde el que arrancará tu equipo con el Linux que quieras probar, de forma que si de pronto te parece estar ante el anticristo, solo tengas que reiniciar tu ordenador sin el pendrive para que todo vuelva a la normalidad.


Y es que, aunque te parezca increíble, todo lo que hace Windows tras horas de instalación y devorando gigas y gigas de tu disco duro, lo puede hacer Linux desde un modesto pendrive en unos minutos y sin tocar un solo bit de tu disco duro. Evidentemente, no estará tan personalizado como cuando le has dedicado una semana a Windows para instalar tus programas y drivers, ni ira tan rápido desde un USB como desde un disco interno. Pero la mayoría de los mortales podrían usar el equipo así por tiempo indefinido sin problema alguno.

Esto no es magia. Ni es nada complicado. Básicamente se trata de meter esa ISO que has bajado en un pendrive con un programa que la acompaña por algunos ficheros necesarios para que arranque y decirle a la BIOS de tu equipo que quieres arrancar desde ese pendrive.  Empecemos.
Hay muchos programas que pueden crear estos LiveUSB, yo voy a usar uno que me parece fiable y sumamente sencillo. Se llama Linux Live USB Creator y lo puedes descargar desde la web de sus creadores con total libertad.

¿Ya lo has bajado? ¿Y lo has instalado? ¿Y el antivirus que? Pues es momento de que deje fluir mi espíritu de troll y te diga que con Linux te olvidaras de bajar instaladores y podrás prescindir de los antivirus. Bueno, encerremos de nuevo al troll y sigamos. Veras que es muy simple.

Al abrir el programa, ya nos detecta el pendrive que tenemos conectado. Si no es así dale al botón con forma de flechas circulares que hay en la casilla del “Paso 1”. Si es otro el pendrive en el que quieres instalar, puedes abrir el desplegable y seleccionarlo. Mucho ojo, el pendrive se va a formatear, ten cuidado de no tener ninguna información que no quieras perder en el.


En el paso dos, pulsamos sobre el botón ISO/IMG/ZIP y seleccionamos la ISO que nos hemos bajado. También podemos usar un disco ya tostado con el Linux que queremos probar o encargar al programa que sea el quien baje la ISO.  Lo malo de este último método es que la lista de ISOS autodescargables no está nada actualizada.


Existen distribuciones que pueden grabar en el pendrive los cambios que realicemos al utilizarlas. Esto se llama persistencia. Si estamos utilizando una que lo permite, por ejemplo, Ubuntu, en el “Paso 3” se nos pregunta el espacio a reservar para grabar estos cambios. Si nuestra elección no lo permite, no podremos hacer nada aquí.


Ya solo nos queda pulsar el “rayo” del “Paso 5” y tener un poco de paciencia.


¿Todo listo? 

Pues solo nos queda reiniciar el ordenador e indicarle que arranque desde el USB. Esto varia de un PC a otro. Para algunos es pulsando F2 durante el arranque para seleccionar el arranque, en otros equipos es con F12, algunos Lenovo tienen un botón de reset escondido para entrar a la configuración y a la selección de arranque…

Y en unos momentos tendrás Linux ante ti. Algo más lento de lo que sería si estuviera instalado, pero completamente operativo.

Y ahora con solo reiniciar y quitar el USB, ya vuelves a tu confortable Windows. ¿Verdad que no ha dolido tanto probar?

Ya pronto querrás instalarlo.

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