Manualidades navideño-linuxeras a prueba de torpes (III)

Hay un chiste que dice: “¿Cómo se reconoce a un linuxero y un vegano en una discoteca? No hace falta, ellos te lo dirán”. Y como estamos a nada de la Navidad vamos a proclamar a todo el que entre en nuestra casa que somos fans de Tux sin tener que dirigirles la palabra.

Vamos a continuar nuestra tradición de crear manualidades linuxeras como las que ya hicimos aquí y aquí.

Como yo no tengo manos, si no dos muestrarios de morcillas, tengo que dar todo el mérito de la creación a mi esposa, que es la que ha hecho esta manualidad.

Los materiales son “limpiapipas” negros, blancos y naranjas, un par de bolas de porexpan de diferentes tamaños, unos ojitos de manualidades y una pistola térmica con su correspondiente adhesivo.

 

Empezamos aplastando ligeramente la bola mas pequeña de porexpan para que adquiera forma de gota.

Empezamos pegando un limpiapipas negro en la parte más ancha de la bola que acabamos de aplastar, formado un pequeño tupé como el que se ve en la foto.

Y el sobrante lo vamos pegando, formando círculos para hacer la coronilla de nuestro Tux.

Rellenamos el resto con limpiapipas blanco y pegamos los dos ojitos.

El siguiente paso es hacer una espiral de limpiapipas blanco.

Lo pegamos formando la tripa de Tux, en la bola grande de porexpan.

Una vez tenemos la tripa del tamaño que nos guste, rellenamos el resto con limpiapipas negro.

Hacemos un pequeño triangulo con el limpiapipas naranja y lo pegamos convirtiéndolo en el pico.

 Repetimos la operación con limpiapipas negro para hacer dos alitas y las colocamos en los laterales.

Ahora colocamos la cabeza sobre el cuerpo. Para dar más consistencia a la construcción puedes clavar un palillo de madera además de aplicar el pegamento.

El siguiente paso es hacer un corazón con limpiapipas naranja, que nos hará las veces de pies una vez pegado.

Solo nos queda hacer un lacito para poder colgarlo del árbol.

Y ya tenemos nuevo adorno navideño, y si lo hubiera hecho yo, quemaduras en las manos. Menos mal que mi mujer es mucho más mañosa que yo.

Feliz Tuxvidad