La inmensa mayoría de las distribuciones impiden acceder a la shell o al escritorio logándonos como root. Esto es así por seguridad, un pequeño despiste siendo “Dios” puede mandar al traste nuestro sistema o hacernos perder una buena cantidad de información.
Por esa misma razón, existen varias formas de ejecutar comandos como root o incluso de convertir nuestra sesión en una sesión de root o, o al menos, con sus poderes.
La primera opción es su. Cuando escribimos en una terminal su seguido del nombre de algún usuario del sistema, nos convertimos en él, siempre y cuando seamos capaces de introducir su contraseña. Si escribimos su sin nada a continuación, será la contraseña de root la que deberemos introducir y eso nos convertirá en root.
Pero tal vez no nos interese convertirnos en root, y solo queremos ejecutar un comando son sus superpoderes. Además, necesitamos saber su contraseña, y eso no siempre es recomendable. Para estos casos, existe el comando sudo.
Cuando anteponemos sudo a cualquier comando, se nos pedirá nuestra propia contraseña, y si estamos incluidos en el grupo sudoers, el comando de marras se ejecutará con privilegios de administrador, aunque sin usar el entorno de ejecución de root y sin usar su contraseña.
Hay una combinación de lo anterior que nos puede facilitar convertir nuestra sesión en una sesión de root sin saber su contraseña. Basta con ejecutar sudo su para que, con nuestra propia contraseña, y a condición de estar en el grupo sudoers, podamos convertirnos en el administrador.
Como siempre, existen formas elegantes de ejecutar los comandos, así que los puristas prefieren ejecutar sudo –i en lugar de sudo su.
Y si llegado a este punto te preguntas como añadir a tu usuario al grupo sudoers para poder utilizar sudo, necesitaras ejecutar el siguiente script
- su - -c 'gpasswd -a '$USER' sudo'
Como ves, necesitarás a root o su contraseña, y es que aquí nada es gratis a nivel de permisos y poderte convertir en root, tiene su precio.
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