martes, 11 de noviembre de 2025

Clonando equipos con Clonezilla


 Tenia que clonar un equipo. En este caso era un equipo con Windows y logré encontrar un programa que prometía clonar el disco duro desde el propio Windows. Solo tenia dos problemillas, hay que reiniciar el equipo y el programa trabaja antes de volver a cargar el escritorio y los servicios, con lo que Windows no es usable mientras dura el proceso. Pero el principal problema es que en mis pruebas tardó más de 5 horas en hacerlo.

Visto que no iba a poder usar Windows mientras clonaba y que el tiempo de copia era desmesurado me decante por el viejo y confiable Clonezilla. Y este es el relato de mi poco más de media hora de proceso. ¡Casi igual de rápido!

Lo primero de todo es hacerte con una copia de Clonezilla con la que preparar un USB de arranque. En mi caso suelo tener una en un pendrive con Ventoy, que aproveché para actualizar porque estaba más anticuada que el Charleston.

Ahora toca reiniciar el equipo y decirle a la BIOS que arranque desde el pendrive con Ventoy. En este caso era un HP, así que pulsando F9 al arrancar me deja seleccionar el dispositivo de inicio. En otros equipos puede ser de otra manera, pero nada que san Google no te aclare.

Y aquí tenemos el arranque de Clonezilla, donde no tenemos más que pulsar INTRO para que se ejecute la acción por defecto


Luego seleccionamos el idioma



Ahora entro en modo pereza y ni me molesto en cambiar la distribución de teclado. ¿Qué por defecto es la distribución americana? ¿Y qué? Para lo que voy a hacer me es indiferente.

Si lo necesitamos podemos acceder a una línea de comandos, pero no lo necesitamos para nada, así pues, arrancamos directamente Clonezilla


En mi caso, quiero copiar de disco a disco. Ni que decir tiene que ambos discos tienen que estar conectados a la máquina. En mi caso uno es el disco principal y otro está conectado por un adaptador USB. 

¿Has visto la URL? Estás en “Un Bruto con Debian”, así que no me las voy a dar de experto y voy a usar el modo “principiante”


Podemos copiar una partición en otra, pero lo que queremos en este caso, es copiar el disco entero, con todas las particiones que tenga, en otro disco.


Seleccionamos el disco de origen. Ojito con confundirse aquí. Te muestra el fabricante y modelo y tamaño del disco, con lo que es difícil confundirte. Aún así, asegúrate siete veces.


Elegido el disco de origen, llega el turno al disco destino. Asegúrate otras 7 veces si no quieres que un pequeño despiste te haga papilla a ti y a tus datos.


Puedes pedir a Clonezilla que al tiempo que copia compruebe los datos del disco fuente y en su caso lo corrija. Es más rápido solo copiar, y a fin de cuentas se supone que los datos estaban bien porque es el equipo que estaba utilizando hasta este mismo momento.

Ahora le indico que cree la tabla de particiones corregida al tamaño del disco de destino.

Para ir más rápido, no copio logs de las operaciones a ningún sitio. Además, tampoco es que me fueran a servir de mucho si algo falla.

¿Y que vas ha hacer cuando esto acabe? Pues elige tu opción favorita. En mi caso, que pregunte.

Pulsamos “Intro” para continuar


Última oportunidad para asegurarnos de que lo que vamos ha hacer es lo correcto.



Y por fin Clonezilla se pone a trabajar. Momento del café.

Listo. Ya puedo apagar o reiniciar. Es buen momento para que reinicies y hagas alguna comprobación de que los discos ahora son iguales.



Y una vez hecho esto, ya puedes cambiar tu viejo disco duro por el nuevo que acabas de clonar, poner el nuevo en otro ordenador que será un calco del tuyo, llevarlo en un pincho USB y tener tu equipo allá donde lo enchufes…

Un par de consideraciones. Los datos del disco de origen deben caber en el de destino. Obvio. En caso contrario, estás perdiendo el tiempo. Y segundo, asegúrate de que estas copiando los datos al nuevo disco vacío, y no el vacío al viejo disco con datos.

Y colorín colorado, con Clonezilla he acabado y casi cuatro horas he ahorrado.


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