No hace mucho comentábamos Evolvotron, un programa para crear arte a golpe de ratón. Pero ¿porqué quedarnos ahí? ¡No!, vamos mas allá, creemos un mundo a golpe de ratón.
Para ello nos valdremos de Fracplanet, un programa que genera aleatoriamente planetas sirviéndose de fractales.
Instalación de las facilitas, desde Synaptic, buscándolo tal cual, por su nombre “fractplanet” o si te quieres sentir más “profesional” con un sudo aptitude install fracplanet desde una consola.
El programa es fácil de usar, aunque desafortunadamente, no esta traducido al castellano. Tan pronto como lo ejecutemos, veremos un gran botón “Generate” que creara nuestro primer mundo. Pero también se nos proporcionan una gran cantidad de herramientas que permiten personalizar la creación de estos mundos aleatorios.
Podemos desde definir si tendremos nubes y su color, hasta la orientación de la iluminación. Desde los colores de los océanos, hasta la cantidad de nieve. O desde la presencia de ríos hasta la cantidad de terreno que emerge del agua.
Un programa que cumplirá nuestra ambición de convertirnos en dioses, aunque solo sea virtualmente.
Para ello nos valdremos de Fracplanet, un programa que genera aleatoriamente planetas sirviéndose de fractales.
Instalación de las facilitas, desde Synaptic, buscándolo tal cual, por su nombre “fractplanet” o si te quieres sentir más “profesional” con un sudo aptitude install fracplanet desde una consola.
El programa es fácil de usar, aunque desafortunadamente, no esta traducido al castellano. Tan pronto como lo ejecutemos, veremos un gran botón “Generate” que creara nuestro primer mundo. Pero también se nos proporcionan una gran cantidad de herramientas que permiten personalizar la creación de estos mundos aleatorios.
Podemos desde definir si tendremos nubes y su color, hasta la orientación de la iluminación. Desde los colores de los océanos, hasta la cantidad de nieve. O desde la presencia de ríos hasta la cantidad de terreno que emerge del agua.
Un programa que cumplirá nuestra ambición de convertirnos en dioses, aunque solo sea virtualmente.
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