Imagina que quieres enviar un fichero por correo electrónico y te preocupa que cualquiera pueda leer su contenido.
Pues deja de preocuparte, porque encriptarlo con una contraseña es tan fácil como teclear desde una consola:
gpg -c fichero
Con esto, se nos crea un nuevo archivo llamado fichero.gpg, encriptado con la contraseña que hayamos puesto. Si la contraseña esta bien elegida, se trata de un fichero casi invulnerable que podemos enviar sin problemas.
Una vez en el destino, se desencripta tan fácil como se encripta, con la orden:
gpg fichero.gpg
Por supuesto, quien quiera desencriptarlo, necesita la misma contraseña que se le puso al encriptar. Si la tiene, nuestro fichero ya esta listo y llego sin que nadie lo pudiera curiosear, si no la tiene, el fichero no le valdrá de nada hasta que tú le des la contraseña.
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